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¡APRENDA A GESTIONAR EL ESTRÉS O LO PAGARÁ SU CORAZÓN!

Desde hace tiempo sabemos que el corazón y el cerebro sufren con el estrés. Sin embargo, no se conocían los fundamentos científicos de esta relación tan negativa.


En 2008 un estudio de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) demostró que las crisis bancarias aumentan las muertes por problemas de corazón. Parece ser que el miedo y la angustia de ver peligrar nuestros ahorros pueden producir un incremento de hasta el 6,4% de los fallecimientos por infarto en los países ricos. En las naciones pobres (con unos sistemas sanitarios y económicos más precarios), las consecuencias de los desastres económicos pueden ser aún mayores y las estadísticas crecen hasta un 26%.


Los investigadores observaron durante la crisis del banco Northern Rock, uno de los mayores prestamistas británicos, que algunas personas que hacían cola para sacar su dinero, sobre todo los más mayores, estaban desesperados y tenían niveles muy altos de estrés. Entonces, empezaron a investigar la incidencia de las crisis bancarias en relación a las enfermedades cardiovasculares y obtuvieron resultados concluyentes: una crisis bancaria grave ocasionaría entre 1.280 y 5.130 muertes más por infartos en el Reino Unido. El miedo a perder los ahorros eleva el ritmo cardiaco y la tensión arterial.


Recientemente, en un estudio del Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina Icahn en el Monte Sinaí[1] han descubierto, en seres humanos, que la actividad por estrés de las amígdalas cerebrales (núcleos de neuronas del sistema límbico encargado de procesar las emociones) se relaciona con el riesgo de enfermedad cardiovascular. Se produce un incremento de la actividad del sistema inmune que provoca una mayor incidencia de ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares. El estrés activa la médula ósea para producir glóbulos blancos, lo que conduce a la inflamación arterial.


Sin embargo, hasta el momento, el estrés no ha recibido la misma consideración que otros factores de riesgo como la hipertensión o el tabaquismo para prevenir problemas cardiovasculares. Además, en muchos casos las personas muy estresadas tienden a beber y fumar más, a no alimentarse de forma saludable y a llevar una vida sedentaria.


Los investigadores aconsejan a las personas con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular que consideren emplear técnicas de reducción del estrés si se sienten sometidos a un alto grado de estrés psicosocial. Además, creen que estas investigaciones pueden proporcionar nuevas oportunidades para reducir las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y los trastornos inflamatorios, como la artritis reumatoide y la psoriasis.


Si relacionamos los resultados de estas dos investigaciones podemos llegar a la conclusión de que cuanto menos estrés tengamos, menor es el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Pero, qué podemos hacer cuando no es posible reducir las fuentes de estrés. Éste puede ser el caso de las personas que trabajan en el ámbito de las finanzas y de las inversiones.


Actualmente, disponemos de numerosas técnicas psicológicas que pueden contribuir a que los acontecimientos estresantes tengan una menor repercusión en las personas. La psicología positiva, la inteligencia emocional, el mindfulness, la terapia cognitivo-conductual y el coaching pueden mejorar las estrategias personales y de grupo para afrontar el estrés con menor coste emocional y físico.



Con esto, un consejo: “aprenda a gestionar el estrés o lo pagará su corazón”.



[1]Fuente original:

http://www.thelancet.com/journals/lancet/issue/current

Artíiculo publicado en El Asesor Financiero el 30/01/2017

http://elasesorfinanciero.com/noticias/aprenda-a-gestionar-el-estres-o-lo-pagara-su-corazon/


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